Miedos, sueños, esperanzas, deseos, frustraciones, alegrías, penas...
Qué es todo eso si no más que palabras sin materia? Reflexiones y divagaciones sobre algo no tangente, que no se puede comprobar, ni medir, ni tocar. Palabras cuya existencia muchas veces nos condiciona, nos limita, nos obliga a actuar de manera diferente a como querría nuestra voluntad. Palabras que nos confunden, que nos abruman, que nos sujetan a su capricho y nos coartan, nos asustan, nos atenazan bajo un manto de penumbra infranqueable. Palabras que a veces nos manipulan, que nos hacen caminar a medio paso por la vida, sin permitirnos andar derechos y mirando de frente. Palabras que nos acompañan toda la vida pero a las que a veces hay que ignorar, exigirles que que se vayan, que te dejen ser tú mismo. Palabras a las que hay que domesticar, escuchar pero aprender a pedirles que te dejen en paz, que no te sujeten a su lado y a las que hay que hacerles entender que a veces no las necesitas para seguir viviendo.
Un día te das cuenta de que puedes hacerles frente. Que el sol vuelve a salir y que su luz te llena de fuerza. Su luz se convierte en tu aliada, pues te hace resplandecer, brillar como una estrella. Su calor te da ánimos, te das cuenta de que puedes acallar todas esas vocecillas que te impiden actuar con total libertad. Que puedes ser capaz de superar tus miedos y tus penas. Que eres fuerte para dejar atrás tus frustraciones y que poco a poco vas dibujando tu mapa del mundo como tú quieres que sea. Con los colores, las palabras y las imágenes que a ti te gustan. Sin dejar de ser tu misma, pero convirtiéndote el centro de tu propio universo sin por ello sentirte culpable.
Un día te das cuenta de que puedes hacerles frente. Que el sol vuelve a salir y que su luz te llena de fuerza. Su luz se convierte en tu aliada, pues te hace resplandecer, brillar como una estrella. Su calor te da ánimos, te das cuenta de que puedes acallar todas esas vocecillas que te impiden actuar con total libertad. Que puedes ser capaz de superar tus miedos y tus penas. Que eres fuerte para dejar atrás tus frustraciones y que poco a poco vas dibujando tu mapa del mundo como tú quieres que sea. Con los colores, las palabras y las imágenes que a ti te gustan. Sin dejar de ser tu misma, pero convirtiéndote el centro de tu propio universo sin por ello sentirte culpable.
3 comentarios:
De verdad es posible? Se puede conseguir que lo que te rodea y los que te rodean no limiten tu libertad? Que no te afecten sus palabras? Lo que piensen de ti? Se puede lelgar a no sertirse culpable por no hacer lo que los demás esperan de ti? Si es posible, espero conseguirlo algún día...
Besos,
Lost
Emma, vístete con los colores, con las palabras que más te gusten, y con la luz de cada día... y si quieres te regalo estos
besos,
como un perfume perecedero. Lo demás no te debe importar.
Me ha encantado Emma. Yo aún estoy esperando que salga ese sol una mañana en mi almohada y me muestre colores que no sean grisniebla.Hay días que creo que casi..
casi
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