miércoles

TENSIÓN CERVICAL, ESA GRAN AMIGA.

Qué sería de nuestras vidas sin estas queridas amigas. Esas que cuando menos te lo esperas te saludan de buena mañana y te dejan “tiesa” nada más poner los pies en el suelo.

Pues esas queridas compañeras, las cervicales, y su colega del alma la “tensión” llevan dándome los buenos días desde hace ya unas cuantas semanas. Hasta hace unos días la cosa era medianamente soportable. Una ducha caliente, con la alcachofa de la ducha directamente apuntando al cuello durante un par de minutos y el problema se solucionaba para el resto del día. Pero desde el pasado sábado, la cosa a empeorado.

Todo empezó con el hombro derecho, que parecía un poco “atropellado” y algo vago a la hora de querer responder a mis impulsos de mover el brazo. A medida que pasaba el día la cosa empeoró. El dolor que al principio era solo como una pequeña presión sobre la zona, se fue extendiendo hacia la clavícula derecha y también por todo el brazo derecho. Después de un día de compras por el centro y una visita relámpago a Ikea para proveernos de un par de cosas, llegar a casa cargada con los paquetes fue poco más que una tortura china. Definitivamente la tensión cervical se había instalado en mí y parecía que estaba dispuesta a darme la vara.

Y así ha sido. Aquí está. Instalada desde el puño hasta la clavícula derecha, haciéndome los días un poco imposibles y complicados, y sobretodo, con unos espasmos y unos tirones que me tienen frita. Geles de calor, pastillas anti inflamatorias, paños calientes, geles anti inflamatorios, aceite de romero, baños calientes, masajes caseros... Así llevo desde el sábado y la cosa promete ir para largo. Como diría mi masajista en España “si todos los nudos que tienes en la espalda fueran garbanzos, harías un cocido para unos cuantos comensales”.

Me lo tomaré con filosofía y haré un poco el vago esta semana a ver si con un poco de reposo y el tratamiento adecuado la cosa mejora y no tengo que recurrir a la amputación. Eso a lo que tanto le gustaba recurrir a mi hermana cuando estudiaba enfermería y daba como diagnóstico cuando le decía “me duele el hombro”.

Y si por casualidad (y por desgracia) os pasa lo mismo que a mí, os dejo una pequeña ayudita, en forma de tabla de ejercicios para mejorar el estado de vuestras queridas cervicales.

PD: Como os podréis imaginar, después de tanto tiempo sin pasarme por aquí, este no iba a ser el post para el reencuentro, pero las “c” me tienen tan atacada, que en estos momentos es en casi lo único que puedo pensar....




HACE UNA ETERNIDAD QUE NO PASO POR AQUI...

Hace casi tres meses que no paso por aquí. Bueno no es cierto del todo. Paso todos los días. Cada vez que me conecto a internet. Como os podréis imaginar, mi blog es la página de inicio de mi portátil cada vez que me conecto a la red. Y cada día me asalta la vergüenza de ver que la última entrada es de principios de mayo.

No contenta solo con eso, tengo a una madre que es como una segunda conciencia y cada vez que hablamos por Skype, me recuerda que tengo la página algo olvidada. Lo sé mamá, lo tengo ahí, clavadito en el fondo del estómago y me asalta una y otra vez.

¿Por donde empezar desde la última entrada? Mmmmm… A ver… Me mudé de piso a finales de mayo y abandoné Bethnal Green para trasladarme a Walthamstow. Un poco más al norte, en zona tres, pero que sorprendentemente me gusta bastante. Es como un pequeño pueblo “pegado” a Londres y tiene espacios verdaderamente tranquilos y encantadores para pasear y recrearse en lo típicamente inglés. Abandoné un piso compartido con otras 4 personas (llegamos a ser 7 durante algunas semanas) en el que solo tenía una habitación para vivir (los primeros tres meses una simple que parecía una caja de cerillas, los dos siguientes una doble en la que me sentía un poco menos sardina en lata). Viví en propias carnes lo que es buscar piso con mi chico, en esta ciudad, con un presupuesto limitado e intentando que no estuviera lejos de la parada del metro y del tren. Y como broche final, limpiar y ordenar un piso que se aparece enorme para dos personas e intentar decorarlo y hacerlo acogedor con un presupuesto muy muy ajustadito.

¿No está del todo mal no? Entremedias, un viaje a España, algún que otro momento de crisis existencial y muchas horas de limpieza para adecentar un piso que (la madre que la parió si la pillara ahora mismito), la landlady nos alquiló sin limpiar…

Pero no todo ha sido “chungo”… Me he aficionado a la jardinería (una de esas tres cosas que tanto gustan a los ingleses además de las casas y los pubs). Mis dotes culinarias han aumentado exponencialmente y estoy hasta sorprendida por ello. Tengo televisión después de nueve meses y mi inglés está creciendo sorprendentemente rápido. Y de lo que estoy más orgullosa (y gracias a las enseñanzar de la madre que me parió), me estoy convirtiendo en una administradora financiera doméstica de narices (vaya, que con poco dinerillo hago milagros).

Y como que por más que yo lo diga, no tenéis porque creerme sin ver antes una imagen, os dejo aquí una prueba (de la que estoy muy orgullosa, todo hay que decirlo) de mis tres jardineras en la ventana de mi salón. Cuando plantamos las flores hace poco más de un mes, eran toda muy chiquitas, casi no sobresalían del borde del macetero. Estoy más que sorprendida de ver que han crecido tan bien.

Ahí os las dejo, para que veáis que no miento….


viernes

TOC TOOOOC, HAY ALGUIEN AHÍ???

Me da un poco de vergüenza sacar la cabeza por aquí después de tanto tiempo. Si algunos me lanzáis los leones al cuello reconozco que me lo tengo bien merecido.

Si queridos mios, sigo aquí, en Londres. Después de casi ocho meses de mi llegada. Y las cosas han cambiado bastante. Llegué sola y echa un manojo de nervios. Ahora ya no me pongo frenética cuando tengo que ir a algún sito donde no he estado nunca, o cuando tengo que acercarme a la ventanilla de correos a preguntar como mandar un paquete cargado de libros a España.

Ya no estoy sola. Porque alguien que apareció por casualidad hace ya unos cuantos meses está a mi lado y se ha convertido en una de las mejores cosas que me han pasado desde hace mucho tiempo. Alguien que poco a poco me ha ido enseñando como se vive y se piensa en esta ciudad. Que a pesar de que somos muy diferentes, podemos encontrar puntos en común. Que puedes llegar a intersarte por alguien o por algo a pesar que sea muy diferente a ti o a lo que has estado acostumbrada durante muchos años.

Este iba a ser mi último mes en Londres. Eso iba a ser así en setiembre, cuando llegué al centro de esta urbe, sola, asustada, cansada y con una maleta que me estaba matando. Pero ya no va a ser, porque la vida da vueltas a mil por hora y de la noche a la mañana tus "planes" cambian. De momento seguiré aquí durante unos meses más, a ver si el sueño londinense sigue por buen camino y no tengo que volverme a casa con el rabo no demasiado entre las patas.

Pero esta vez, la aventura londinense ya no será en solitario...

LLEGA LA PRIMAVERA A LA CIUDAD DE LA NIEBLA

Algunos dicen que la primavera se ha avanzado un poco este año. La verdad es que sí. Hoy empieza oficialmente, pero llevamos ya unos cuantos días con solecito y temperaturas más alta. Estamos de fiesta. Hoy abandonamos el frío invierno y empezamos con la loca primavera. Loca porque durante el día pasas calores importantes, y a la que cae el sol empiezas a tener un frío de narices. Esto me lleva a acordarme de una cosita que me dijo S la primera vez que nos vimos en Londres “Tú prepárate, porque los inviernos en Londres no son moco de pavo. Hace un frío de narices y a ratos te entra la “depre” por no poder salir a la calle del frío tan horrible que hace”.

No puedo negar que a ratos ha sido durillo. La verdad es que sí. En noviembre y diciembre, nos pillamos unas semanitas de lluvias y vientos helados, capaces de descolocar al más sereno. En enero las temperaturas cayeron en picado, y en febrero, la famosa nevada que paralizó totalmente la ciudad durante un par de días.

Pero al llegar marzo, parece que las cosas se han calmado un poco. Los días han empezado a ser un poco más cálidos (tampoco mucho, vayáis a pensar que esto es Barcelona y su clima de costa), pero la verdad es que en el centro del día, se agradece poder quitarse el abrigo durante un rato…

Los que dicen que ya estamos inmersos en la primavera, pues, tienen bastante razón. Llevamos unos 10 días en los que parece que el ambiente soleado es de lo más normal en esta ciudad. Esta ciudad en la que desde que te levantas hasta que te acuestas, puedes ver y vivir en propias carnes, lo que son las cuatro estaciones en un día. Eso me lleva, para tortura china del que esté cerca de mí en ese momento, a acordarme y cantar compulsivamente esta canción.

Y volviendo al hilo del tema… En estos maravillosos días pre-primaverales, durante las horas centrales de la jornada, luce un sol casi mediterráneo. Un adjetivo que me gusta aplicar a aquello que me recuerda a casa. Y aunque sé que aquí no tiene nada que ver con la realidad, por lo menos me quito de encima el “home sick”, o lo que viene siendo lo mismo, la “añoranza”. Y algo que te pasa allá donde estés, viviendo la primavera es que: durante el día te asas de calor y a la que cae el sol te entran unos fríos de narices. Me temo que librarme de un resfriado primaveral no va a ser fácil.

Pero lo que más me gusta de estar aquí en estos momentos del año es que por fin voy a vivir en mis propias carnes, la cultura del “picnic en el parque”. Es impresionante ver como a la que sale un rallito de sol, la gente se tira compulsivamente a la calle. Aparecen de todos los rincones de la ciudad, y las zonas verdes que se reparten a lo largo de toda Londres, se llenan de gente que busca los rayos de sol como si de oxígeno vital se tratara.

El miércoles “me estrené” en eso, y espero que sea el primero de muchos… Y para que veáis que no me invento nada de la pasión de los londoners en tirarse literalmente a los parques…



lunes

YA LLEGÓ...

El cumpleaños. O más exactamente, algo así como “mensuario”. Concretamente 6. Bueno, en realidad 6 meses y 3 días. Cosas de la rutina, que al final el viernes me lié con otras cosas y no tuve tiempo para redactar el post.

Pues eso, 183 días ya en la gran Londres. 183 días en los que mi vida ha cambiado, diría yo, que por completo. Es lo que tienen los viajes. Que una vez estás sumergida en ellos, para bien o para mal, te cambian para ya no dejarte ser nunca más la que eras antes. Recuerdo el famoso día D. Un viernes por la tarde, a eso de las cinco, con el metro de bote en bote y yo cargada con una maleta que era casi más grande que yo.

Aún recuerdo la sensación de casi pánico histérico que sentí la primera noche en el hotel. No hacía más que oír sirenas de ambulancias y coches de policía, arriba y abajo , por la avenida enfrente de donde me hospedaba.

Con el paso de los meses (y viviendo ahora solo a 200 metros de donde pasé la primera noche) me he dado cuenta de que las sirenas y el murmullo del metro que pasa por debajo de mi piso, ya no me molestan a la hora de dormirme por las noches…

Seis meses en los que estoy aprendiendo a moverme con bastante soltura por una ciudad enorme, que no se parece ni remotamente a nada de lo que había conocido hasta el momento. En la que estoy conociendo a gente que me ha cambiado la vida. Gente a la que conoces por casualidad y que serán parte de ti para siempre. En el pasado o en el futuro. Porque eres protagonista en primera persona de momentos que guardarás en tu memoria, más allá de las imágenes captadas con la cámara…

viernes

SE HA IDO...

Era previsible. En casa se hablaba del tema desde hacía mucho tiempo, pero nunca nos lo tomábamos muy en serio. Que si es ley de vida. Que si tarde o temprano llegará el momento. Que si tenemos que prepararnos… Pero nunca te acabas haciendo a la idea del todo.

Pero sí, el momento llegó. El miércoles. No sé exactamente a qué hora. No he querido ni podido preguntarle más a mi madre. Solo sé que nos dejó para no volver. Que con las caricias de mis padres que no lo dejaron solito ni un momento, y con una inyección que lo sedó sin hacerlo sufrir, se quedó dormidito para siempre.

Era el más pequeñín de la casa. El más “follonero” y alegre. El que siempre estaba ahí a tu lado. Cuando estabas contenta y cuando rutina se derrumbaba un poquito. El que sin mediar palabra era capaz de darte un mundo entero a cambio. El que te miraba directamente a los ojos y te hacía creer por un momento que tú eras su único dios en esta tierra.

Nunca nos olvidaremos de ti. Nunca podremos borrar de nuestras memorias los maravillosos momentos que nos has regalado durante los quince años que has estado en nuestras vidas. Contigo hemos aprendido a ser mejores personas. Y lo hiciste dándonoslo todo, sin pedir nada a cambio. Y no te apenes. Nuestras lágrimas son de tristeza. De dolor. Por no tenerte ya con nosotros. Porque llegaste sin avisar, casi sin querer. Y te has ido también casi sin avisar, sin querer. Como lo hacen todas las cosas grandes e importantes que te suceden en la vida.

Descansa en paz amigo mío…

miércoles

SINCRONIZAR AGENDAS

El lunes me llamó mi querido S. Hacía unas cuantas semanas ya que no sabía nada de él. Es lo que tiene esta ciudad. Es lo que tiene la vorágine de la vida londinense.
Me vino a la memoria lo que me dijo la primera vez que hablamos por teléfono cuando aterricé, hace ya casi seis meses: “Londres te absorbe, te atrapa con sus tentáculos y tu vida social no acaba pareciéndose en nada a la que estabas acostumbrada en tu ciudad natal.” Bueno, en realidad esas no fueron sus palabras exactas, pero sí la esencia de lo que quería decirme.

Es ahora cuando empiezo a entenderlo. Es ahora cuando esa palabreja que tanto les gusta a los ingleses “socializing”, empieza a tener más sentido para mí. Ese concepto que en nuestra lengua se podría traducir por “socializar”, pero que no tiene, ni de lejos, la misma presencia “bombardeante” en nuestras vidas, allá por tierras mediterráneas. Y es que la lengua también define patrones sociales, de comportamiento cotidiano, de formas de ver y entender la vida y las relaciones humanas…

El caso es que, y volviendo al “key point” (como dirían los ingleses), o al meollo del asunto, (como diríamos nosotros) es casi inevitable tener que incluir las “citas” con amigos y conocidos en el horario mental que te “fabricas” para la semana. Si no “sincronizas” agendas, es muy posible que acaben pasando semanas o incluso meses hasta que puedas reunirte con aquellos con los que compartes gustos, y a los que te une una estimación especial, y que quizás solo viven a unas pocas paradas de metro de ti.

Sí amigos míos. A servidora, nacida en un pueblo pequeño, donde todo está a tiro de piedra, le ha costado todo este tiempo darse cuenta de la historia. No es que sea una paleta de pueblo (o por lo menos no me considero como tal, corregidme si me equivoco, por favor) pero hasta que tu cotidianidad no está medianamente asentada, no eres plenamente consciente de ello.

Claro que en este punto se plantea otra cuestión: ¿qué es la cotidianidad viviendo en Londres? Pero eso tendrá que quedar pendiente para otro post. De momento os diré, que la mía está algo alterada últimamente, de ahí que lleve unas cuantas perdida en la blogosfera, sin actualizar mi caos particular. Cosas que pasan y que te revolucionan de la noche a la mañana. Nada malo, ni mucho menos, pero lo suficientemente nuevo para que la rutina de españolita gris y aburrida que llevaba hasta ahora, haya cambiado bastante radicalmente.

Lo que sí tengo claro ahora, es que hay que sincronizar agendas y ajustar horarios. Si no, la babilónica urbe, llena de gente, te hace sentir la persona más solitaria de la faz de la tierra. Nunca me ha gustado tener que acatar unas determinadas formas de actuar. Pero está claro que en este punto, o lo haces o te quedas más sola que la una. La improvisación no tiene cabida en este lugar, pues puedes acabar siendo víctima de un fin de semana largo, aburrido y soporífero…

jueves

RETAZOS III

  • Levantarte por la mañana, en pleno East End londinense, con el canto de los pájaros y los rayos del sol que se cuelan por debajo de la cortina opaca de tu ventana. En el fondo, eres una privilegiada.
  • Ir caminando hasta la facultad, en un agradable paseo de apenas 20 minutos, medio reconvertida en londinense. Con un café con leche calentito en una mano y escuchando mi música preferida en el ipod.
  • Comprobar una vez mas que las inglesas rien “raro”. Que empiezan con una risita tonta, y terminan soltando un verdadero alarido nervioso, escandaloso y perfectamente audible a muchos metros de distancia.
  • Sentir que por fin, la dichosa gripe que te ha tenido viviendo solo a medias durante los últimos quinze dias, se va y te libra de su mano oscura. Darte cuenta también, que cuando estás lejos de una cara conocida y querida, estar pocha es una gran p***
  • Ver cómo, asombrosamente, las cosas puedes cambiar mucho, muchisímo, de la noche a la mañana. Que cuando menos te lo esperas algo aparece en medio de tu camino y puede darle un nuevo giro a tu vida.
  • Rebuscar por ese gran amigo que es Youtube y encontrar una de las canciones que siguen poniéndome las carnes de gallina cuando la escuchas. Nunca pasaran los años para la Reina...




PD: otros retazos... I y II

DE PRONUNCIACIONES

Los que me conocen saben de mi predilección por el inglés con acento británico. Los que lo saben, también os asegurarán que soy bastante fan de las películas british en versión original. Si eso es una manía, un gusto desmesurado, una filia incomprensible o simplemente un capricho, no estoy tan segura de tener respuesta.

El caso es que a mi padre le salí “rarita”, eso es innegable. “Rarita” porque sigue sin explicarse como una mediterránea como yo, orgullosa de serlo y además, hasta las trancas, siente predilección por ese acento que él llama “aplatanao”. Porque como dice, suena todo igual, con un tono de voz monótono y repetitivo.

No sabe mi señor padre que eso viene marcado por las diferencias tan marcadas que existen entre las lenguas: tonal el inglés, silábica el español. Fácil de decir, mucho. Pero difícil de asimilar en la práctica. Pues cuando intentas mantener una conversación en inglés, no tan solo tienes que acertar con la gramática y el vocabulario, sino también en la entonación que le das a tu discurso. Amigos míos, eso es lo más difícil. Sobretodo si al hablar en tu propia lengua eres tan expresiva (y algo exagerada, porque negarlo) como lo es servidora. Tener que reprimirte y hablar comedidamente, se convierte en un esfuerzo a veces considerable.

Y cuando tu inglés se cruza con un british, puedes tener o no la suerte de tu parte. O habla ese inglés que tú entiendes casi a la perfección: el de las películas típicamente inglesas, o te das con un canto en los dientes porque de cuatro palabras que salen de su boca solo entiendes una y media. Vaya, de esos que cuando hablan casi no abren la boquita. Y ahí vuelvo a acordarme de mi progenitor. No le negaré que tiene toda la razón del mundo. Hablan “raro”.

Si una cosa nos dificulta a los no nativos, el aprendizaje de la lengua del Bardo es que, nunca entenderé porque, casi ni abren la boca al hablar. Evidentemente existen las diferencias fonéticas (y muchas) entre el inglés y es español, pero juer… Estoy segura que si se metieran una galleta entre los dientes a la hora de hablar, casi seguro que ni tan siquiera la romperían.

Pero parece que en lo que llevo en la Pérfida, la que igual tiene que darse con un canto en los dientes con su pronunciación “se moi”. Al poco de estar en la ciudad, la partenaire de un amigo alabó mi dicción. ¡Bien! Un punto más para mi autoestima. El pasado sábado, un londoner de pura cepa, después de pasarme casi cuatro horas charlando con él y otra amiga española, me soltó lo de “You have to be very proud. Your English is really amazing” (o lo que es lo mismo “Tienes que estar muy orgullosa porque tu inglés es realmente bueno”). Dos “minipuntos” para mi vanidad. Y el otro vino el pasado martes, charlando con una chica polaca y otra brasileña criada y educada en Estados Unidos. “¿Cómo lo haces para tener una pronunciación tan pulida, siendo española?”. Eso me espetaron en los morros a los diez minutos de estar charlando con ellas en un pasillo de la facultad, esperando entrar al aula.

No tengo la menor idea. Si me pinchan para sonsacarme la información, estoy segura que no me sale ni una gotita de sangre. Será que soy rara de narices (que me da a mi que eso va a ser) y que con la coña de querer imitar el acento de las películas que me ponía en versión original en casa, se me ha pegado algo de estos British. Claro que las lagunas con la gramática y el vocabulario siguen ahí… Merodeando por el subconsciente y mareando la perdiz para que no consiga sentirme segura del todo hablando la lengua del Bardo. Pero una cosa me digo yo para mis adentros cada vez que me encallo en algo…”Si una americana sureña pudo imitar el acento british para encarnar a la más british de las neuróticas de la década de los noventa, esta menda también lo conseguirá tarde o temprano”. Quien no persigue un sueño vive sumido en la monotonía. Eso es así aquí y en la China.

Ahí os dejo una de las pruevas del delito. Mi Biblia particular para encarrilar la “English pronunciation”.



PD: Creo haber encontrado una respuesta a la pregunta sobre mi pronunciación. Respuesta que comparto con otros catalanes. Un día os la contaré……

lunes

YA ESTABA TARDANDO MUCHO

Ya iba siendo hora actualizar esto. Que me da hasta vergüenza abrir todos los días el blog y ver la misma entrada desde el día 10. Llevo ya casi 15 días en la Pérfida, después de las vacaciones de navidad, y las novedades se han sucedido bastante vertiginosamente.

Pues nada ahí vamos.

Por fin encontré piso nuevo, en el mismo barrio donde vivo ahora, pero con la ventaja que está a 200 metros de la boca del metro y a 250 del bus que me deja al ladito de la universidad. El fin de semana que viene ya estaré instaladita en mi nueva room. Algo más pequeña que la que tengo ahora en la universidad, pero muy cuca y acogedora. ¿Qué más se puede pedir verdad?

La semana pasada empecé las nuevas asignaturas en la facultad, y aunque reconozco que me van a dar mucho trabajo con infinidad de lecturas, la primera impresión es muy buena la verdad.
Una sobre cine (que ya cursé el primer semestre, pero que ahora ha cambiado de profesor y ha resultado ser un encanta de mujer, además de una excelente comunicadora); otra sobre literatura comparada que me va a exigir muchas horas de lectura, me lo veo venir; y otra sobre Londres y su representación a través de la literatura, el cine y la pintura desde el siglo XIX hasta los primeros años del XXI.
Vaya, que como siempre, me acabo liando y cogiendo asignaturas de enjundia. Como cuando estudiaba la carrera en España. Si es que a ratos parece que soy algo “masoca” para qué negarlo. Pero bueno. Ya no me puedo echar para atrás y tendré que “afrontar al toro” lo mejor posible.

En general la vuelta a la ciudad ha sido relativamente tranquila. Más de lo que me imaginaba. Eso sí, un momento de crisis inicial no me lo pude ahorrar. Pasarte tres semanas en casa, volviendo al “origen” hace que te des cuenta de lo que “tienes que pagar” para estar donde estas. Pasas de estar rodeada de gente a estar sola de nuevo. Teniéndote a ti misma casi como única compañía para hacerlo todo e ir a todas partes. Creedme, es “chungo, mu chungo”.

Pero no nos vamos a dejar vencer por los malos momentos no? Mal andaría el patio si lo hiciéramos. Como le dije a un amigo estando aún en casa, hay que intentar "no sucumbir a la apatía y a sus rémoras", a lo que él muy inteligentemente me corrigió "vencer a la apatía y sus rémoras". Pues eso. Que en ello estoy. A ver si saco mi cabezonería de serie y lo cumplo.

No os vayáis muy lejos. Prometo estar de vuelta prontito….

sábado

ME PAREZCO A...

Lo que son las cosas.... Ahora va a resultar que soy un bellezon y me parezco a todas estas actrices tan bellas.... Si es que... quien no se conforma en esta vida es porque no quiere, jur jur jur...

Sorry... Estoy en la universidad, con un dichoso teclado ingles..... Ni acentos, ni na de na.... pfffff

Por cierto... si quereis ver a que famosos os pareceis solo teneis que buscar una "afoto" vuestra y entrar a esta pagina.... A ver que os sale

:)

domingo

SOÑAR

Anoche soñé que bailaba un tango. Me vuelve loca el tango. Es la única música que va directamente al corazón, sin pasar antes por el cerebro. Si consigues que te atrape una sola vez, ya es demasiado tarde. Has caído totalmente en sus redes.

La melodía no podía ser otra que el "Por una cabeza" de Gardel .No sé lo que eso puede significar. Si es que los sueños significan algo, claro. Me enfundaba un traje negro, con una falda ajustada y unos tacones de vértigo.
Al final todo acabó de la forma menos poética que os podéis imaginar: mi hermana entrando a mi habitación, cual huracán, y despertándome ruidosamente.

Quien fuera Gabriel Anwar en esta escena... Pero ya os digo aquí y ahora, que en mi sueño, yo lo bailaba con mucho más garbo.

:)

PD: No sé a santo de qué soñé yo eso... Creo que la navidad, con todos sus excesos, a cada uno nos pasa factura a su manera... :)


miércoles

YA ESTÁ DE VUELTA...


Eso que llega cada año, y que es la Navidad. Y como nos llamamos los que volvemos a casa por navidad, “los turroncitos”, llegamos hace ya algunos días.

Y aquí estoy yo, enfrascada en quedadas con unos y con otros. Tomar un café con X y desayunar con Y. Ahora te encuentras con H y luego tienes que llamar a B.

Una semana de puro ajetreo, intentando no sentirme extraña. Porque en este caso, se puede decir que he vivido en propias carnes la idea clásica del “viaje”. No la moderna. Esa que lo asocia al turismo. Porque el “viaje” te cambia la concepción de la vida, de tu existencia, de tu relación con la realidad que te rodea. El turista solo va a visitar un lugar, pero se queda con la parte superficial de lo que ese lugar significa. Ese "pseudo-viaje" no suele cambiarle casi nada.

Pero no es momento para filosofar. Es momento de pediros disculpas por no pasarme tan a menudo como quisiera, por vuestros blogs. Agacho un poco la cabeza, por la vergüenza y levanto un poquito la voz para desearos una Feliz Navidad y que lo paséis con vuestra gente más querida.


DE VUELTA EN CASA

Poniéndome al día con algunos de los muchos que dejé aquí hace algo más de tres meses.

Ya no estoy aislada. Ahora falta encontrar tiempo para pasarme por aquí… A ver que se puede hacer….

Hasta prontito.
:)

lunes

AISLADA

No tengo internet en la resi. Se colgo el viernes por la noche. El finde ha sido un poco como de "pesadilla". Lloviendo a mares y yo encerrada en mi habitacion sin poder conectarme. Lo que hacen las costumbres, madre mia!

Como podreis comprobar, estoy en la universidad, escribiendo con un horrible teclado ingles, sin la mitad de los signos que necesito para hacerlo correctamente. Un asquito vaya...

Pues nada, que este es mi ultimo post en la urbe, antes de cojer manyana un avion camino de casa. Si las cosas cambian, y al volver de mis compras navidenyas por Oxford Circus y Regent Street, la conexion ha vuelto, igual os cuento alguna cosilla mas. Si no, nos vemos de nuevo ya en tierras espanyolas, esperando la llegada de la Noche Buena.

Hasta prontito...

martes

INTENTAR EVITARLO

Los tiempos en que una buena nota servía para alegrarte el día, parece que ya han pasado a la historia. Hoy me han dado un notable alto, casi excelente y me he quedado igual. La verdad es que me interesa poco la nota. Me hago mayor? O es que eso le pasa a todo el mundo que lleva casi media vida estudiando?

Hoy los ánimos están un poco bajos. Hoy me he dejado llevar por mi cara más “pachanguera” y escucho esta canción sin parar. A ver si me alegra un poco el día y se despejan las nuves que se pasean por mi mente. Por lo menos, intento evitar que acaben por invadirme por completo...


domingo

MI ZONA PREFERIDA DE LA CIUDAD

En el Southbank, a orillas del Thames, los paseos siempre son agradables. De noche, de día, con sol, con cielo nublado... Es mi zona preferida de la ciudad. De los tres meses que llevo ya aquí es en la zona que más veces he estado. Sola, acompañada, siendo guiada, siendo yo la guía... De lo mejorcito para perderse un rato. Claro que seguro también lo es para muchos otros londinense. ¿Quién se puede resistir a su encanto? La verdad es que cuesta.


Foto tomada ayer, sobre las seis de la tarde, en uno de los muchos puentes que cruzan el río. En buena compañía. Muchas risas, mucha alegría contagiosa, muchas anécdotas nostálgicas pero tocadas por la alegría de quien se siente contento de estar donde está.
Os debo muchas fotos, y unas cuantas anécdotas, lo sé. Pero esta semana que me queda, antes de volverme para casa a pasar las navidades, va a ser algo movidita. Todo eso tendrá que esperar a cuando aterrize de nuevo en tierras españolas, y pueda ordenarlo todo envuelta en la tranquilidad de casa... No lo olvido.

lunes

VOLVER AL BLOG...

Llevaba ya muchos días sin postear, lo sé. No ha estado el horno para bollos, ni tampoco he tenido demasiado tiempo. Entre las lecturas de la uni, la visita de mi hermana and company, y alguna que otra “comedura” de coco por el ya “recurrente” tema, he estado un poco out. Ya se sabe, cuando la vida real te tiene ocupada, cuesta acordarte de la que tienes en el ciberespacio. ¿No os parece?

El caso es que anoche terminé (a falta de un repasillo y/o modificación de última hora), uno de los dos essays que tengo que presentar antes de volverme para casita el próximo 16 de diciembre. Y no os negaré que necesito una pequeña pausa de inglés antes de ponerme otra vez con las lecturas. Parece mentira lo que llega a agotar mentalmente tener que pasarte horas y horas leyendo en una lengua que no es la tuya.

He terminado con una reflexión de casi 900 palabras, sobre un texto algo soporífero de George Orwell en el que “se queja”, ya en 1946, sobre el mal uso que algunos escritores y periodistas hacen del inglés en el momento de escribir. Si levantara la cabeza y viera lo que hacen algunos periódicos gratuitos, de esos que te reparten a la entrada del metro alrededor de las 6 de la tarde, se daría cuenta de que sus “consejos” cayeron bastante en el olvido para algunos.

Pero no puedo cantar victoria todavía. Queda el más difícil. Analizar la película Chinatown de Roman Polanski e intentar enmarcarla en un par de teorías cinematográficas. El trabajo sería sumamente sencillo si tuviera que presentarlo en castellano o en catalán. Pero como parece que a este mundo hemos venido a pasarlas algo pu*** durante algunos (por no decir muchos) ratos, esa va a ser mi penitencia antes de las navidades: escribirlo en inglés, y que llegue a las 2000 palabras. Habrá que tomárselo con paciencia y pensar que una vez terminado, me esperan tres ricas semanas en casita, con los míos, pasando las navidades.

Para “evadirme” un poco del trabajo académico, me dio por conectarme a la que se ha convertido en una de mis grandes amigas en este país: la BBC Iplayer. Y buscando buscando, encontré un nuevo documental de dos episodios que empezó el sábado, en la BBC2. El título: “Alter Rome: Holy War and Conquest” y que reflexionaba sobre el avance del islam en confrontación con el imperio romano (ya en claro declive) y la tradición y religión cristiana. Imágenes de Egipto, Siria, Turquía, Francia y España, para ilustrar ese momento histórico que sin duda cambió el rumbo de nuestra cultura. Hasta ahí todo normal. Un argumento bastante atractivo para mi gusto. La sorpresa llegó cuando vi quien presentaba (y al parecer también escribió) el documental. No era otro que este señor:


Un tipo alto, desgarbado con una indomable melena rubia-peliroja que no es otro que el Mayor de Londres: el señor Boris Johnson. Me extrañó verlo tan “puesto” en temas como esos, y no pude evitar buscar información sobre él. Algo de luz encontré, pues resulta que estudió Clásicas.
Lo que sí me causó sorpresa es ver que un político de primera línea como él, estuviera al frente de una serie de dos documentales. Quizás es que por estas tierras eso es algo común y nada novedoso, pero para mí fue una sorpresa. Puestos a recordar (y si algunos sí lo hacéis, os agradeceré enormemente que me refresquéis la memoria) no me pasa por la cabeza ningún programa emitido en España, protagonizado, dirigido o realizado por un político de cierta importancia, aún en activo. Es más, intentando buscarle un correlativo político (por su tendencia ideológica claro está), no me imagino yo a Ruíz-Gallardón o a Rita Barberá, al frente de un documental sobre temas históricos o de enjundia. Será que esa es una de las muchas diferencias entre los políticos ingleses de tendencias derechosas, con sus homólogos españoles.

No me pondré ahora a analizar el tema. Porque no tengo ganas, ni tiempo y por supuesto, tampoco demasiado conocimiento sobre el tema. Lo que tiene ser una estudiante en Londres, es que a pesar de lo que muchos puedan pensar, te pasas más rato en tu habitación, bregando con la bibliografía y las limitaciones de tu inglés para expresarte en tus escritos, que “turisteando” y conociendo la “realidad” más inmediata de esta sociedad llena de contradicciones. Porque de momento, lo que sí empiezo a tener bastante claro, es que Inglaterra es un lugar lleno de cosas “difíciles de entender” para una mediterránea orgullosa de venir de donde viene…

jueves

FALTA DE INSPIRACIÓN

Eso es lo que me pasa últimamente a la hora de plantarme delante de la pantalla del portátil e intentar explicaros alguna novedad.

Tampoco es que haya sucedido nada espectacular ni del otro mundo, pero desde el pasado viernes si que he estado en varios sitios de los que me gustaría mostraros fotos. Pero estoy como saturada. Será que el agobio que poco a poco se está apoderando de mi. El agobio de la inminente llegada de los essays finales antes de volverme a casa por vacaciones, me está alterando un poquito.

Y no solo eso… También el saber que cuando vuelva tengo solo tres semanas justas antes de que se me acabe el contrato de la residencia y me quede literalmente de “patitas en la calle”. Será que llevo unos días demasiado embotada con las dichosas lecturas de bibliografía, pero, la verdad es que veo las cosas de un color no demasiado cercano a la gama de los blancos.

Pero todo no iban a ser risas y buenos momentos ¿no? Esta tarde he estado hablando con un profesor catalán que da clases en mi facultad, y me ha dicho algo que me ha encantado: “Las cosas vienen sin que las busques. Hay que dejarlas fluir. Ya verás que lo solucionarás todo, y sobretodo, que lo habrás echo tú solita y a muchos kilómetros de distancia de la tierra que te vio nacer”.

Me quedo con eso. Por lo menos me alimenta un poco el espíritu. Ese espíritu que lleva unos días un poco cansado y maltrecho.

viernes

LEARNING ENGLISH WITH THE BBC

O por lo menos, intentarlo y no morir en el intento…

Eso es lo que llevo haciendo desde hace unas cuantas noches. Y es que resulta que, navegando por estas profundas y bastas aguas que es el océano de internet, descubrí que la BBC ofrece la posibilidad de poder ver algunos de sus contenidos en la red. Como servidora no tiene televisión en el “pisito”, la gran oportunidad que te brinda la televisión para poder agilizar tu oído, hasta el momento me había sido prohibida.

El sábado me comentaron que a través de este programa podría sintonizar hasta 30 canales de la televisión british. Lástima que parece que esto de tener conexión a la red a través de un servidor colectivo para toda la residencia, dificulta que las páginas se carguen bien y pueda ver las cadenas. Después de varios intentos en los que solo podía ver un par de minutos de emisión, desistí algo frustrada. Los tenía ahí cerquita, casi tocándolos, pero nada. Estaba claro que el tema se iba a resistir.

Me dio por visitar la página de esa gran institución internacional que es la British Broadcasting Corporation y…. ¡tralá!...ofrece contenidos en iplayer (es decir, en real time, directamente de la red y sin descargas). No es toda la programación de la cadena, pero… menos da una piedra. Por lo menos puedo seguir algunos programas y series de producción propia (como hace TVE con el apartado de “televisión a la carta”) con subtítulos, y agudizar el oído.


No soy una especial fan de la televisión. Cuando estaba en casa me gustaba verla por la noche, sentada en el sofá al lado de mi mami, y riéndome como me decía “tenemos que ver el capítulo que seguro está hoy muy interesante” y terminaba quedándose frita a los 20 minutos de que empezara.

Estar sin ella no me ha creado ningún problema, aunque sí reconozco que el hecho de no poder verla regularmente en inglés (o por lo menos no todavía) me ha restado casi dos meses de “acostumbrar la oreja”. Las nuevas tecnologías me están ayudando un poco y por las noches, después de pasarme el día entero bregando con los papeles y papelotes de la universidad, me tumbo en la cama, saco mi mesilla auxiliar (que no es otra que la caja de cartón del paquete que recibí de casa a la semana y media de estar en estos “lares”) me pongo el pijama y me tumbo tan ricamente en la cama a ver el capítulo que sea.

El argumento, la verdad, es lo que menos me importa. Mientras hablen no muy rápido y pueda ir pillando los diálogos, ya me doy por satisfecha. Si es que, yo me conformo con poquito…

martes

EXPLORANDO EL V&A

Ha sido una mezcla de visita por placer y por obligación. El primer motivo no hace falta que os lo justifique. Pero sí puntualizaré que soñaba con visitar este museo. El segundo tiene fácil explicación. En la asignatura English Language and British Institutions, la profesora nos ha pedido que visitemos uno de los muchos museos que pueblan esta ciudad, y hagamos un essay crítico sobre lo que nos ha parecido la visita.

Con esa excusa llevo dos martes seguidos visitándolo, y a pesar de que algunas salas no las he podido visitar por falta de tiempo o simplemente porque no me interesan (las dedicadas al arte asiático o al mundo musulmán, como que no me atraen, lo siento) me llevo un muy buen sabor de boca. No descarto volver a visitarlo la verdad. Porque con la excusa de que gran parte de los museos son gratuitos, cuesta resistirse a sus encantos.

Os dejo unas cuantas fotos. Claro que subjetivas y mostrando algunas de las cosas que más me han gustado. Para que os vayáis haciendo una idea de lo que allí se puede ver…

(Aviso: se me ha ido la mano poniendo fotos y además gracias a mi maravilloso pulso, no son demasiadon buena. Peeeeeero es que he disfrutado como una enanaaaaa!!!)



lunes

RETAZOS II

… Comprobar que el nombre de “Reading week” es solo un eufemismo muy mono para decir “Semana que te pasas encerrada en casa hincando codos. Preparando essays, leyendo como una loca y tomando apuntes por lo que pueda venir de aquí a mediados de diciembre”.

… Hablar por el messenger con algún que otro amigo que está esta semana en España, pero que vive en Londres, y que te diga que está disfrutando como un enano con las comidas caseras. Eso sí, que también echa de menos la libertad y la independencia que le da vivir en una ciudad tan grande. Aunque muchas veces te sientas solo.

… Sentarte al lado de un chico típicamente British (léase rubio, pecoso, ojos claros y blanquito como la leche) y tener que entender su inglés algo ininteligible para llegar a un acuerdo sobre la teoría realista del cine, según Bazin. Darte cuenta de que, o su inglés es muy rarito o tu concepción de la lengua aún está muy verde.

… Engancharte a la prensa inglesa (aunque no a toda, solo a un par de periódicos en concreto) y llevar prácticamente toda la semana leyendo noticias. Sean del día o estén ya “caducadas”. Darte cuenta además, que tu comprensión lectora, tan mala tan mala no es…

… Estar sentada en uno de los miles de buses que se mueven trepidantemente por esta ciudad, y que a la chica que está a tu lado le suene el teléfono. Que lo descuelgue y se ponga a hablar ruidosamente en catalán. Que te mire de reojillo al colgar y te diga un tímido “sorry” como supliendo el coñazo que te ha dado al tener que aguantar su conversación tanto rato. Responderle también en catalán y ver como se le ponen unos ojos como platos, pues te creía de todo menos catalana.

… Encontrar en el iPod, casi sin que te acordaras, esta canción, que te transporta a una noche de verano, allá en casa, en un concierto al aire libre, lleno de risas y buenas compañías…


miércoles

LA PRENSA INGLESA EL DÍA DEL “YES WE CAN”

Este no era el post de hoy. El de hoy Lo preparé anoche, pero no he podido evitar referirme a esto.

Esta mañana cuando me he levantado, como de costumbre desde que aterricé en esta isla, he encendido el portátil. Es mi única ventana al mundo real, por lo menos de momento. He entrado a la página de “San Google” y me ha dado por poner “Elecciones EE.UU”. Sorpresa mayúscula. Sí. La sensatez, o por lo menos un trocito, ha tocado a los americanos esta vez, a la hora de ir a las urnas. Sí, me queda muy lejos. Por lo menos geográficamente y también emocionalmente. Igual es que soy rarita de narices, pero la política me llama. Me engancha. Será que eso de crecer en una familia donde la política la he “mamado” desde “bebena” acaba configurando tus intereses e inquietudes, mal te pese.

La actualidad me ha brindado la mejor excusa para comprar el periódico. Claro que en realidad, lo que “más” ha influido ha sido un essay que tengo pendiente para el próximo lunes. Comparar un paper (periódico) y un tabloid (traducción literal tabloide, en las Españas eso no existe, o por lo menos yo no le encuentro un correlato directo en la prensa de la península). La cuestión es fijarse en una misma noticia y analizar qué tratamiento le da cada uno de esos periódicos.

Algo tan aparentemente sencillo se complica ligeramente cuando antes debes leerte todos los artículos relacionados con esa temática, para luego poder dar una visión crítica del tema. Y es que amigos míos, el inglés escrito es ligeramente diferente al hablado, y eso, a mí, todavía me dificulta un poquito la comprensión.

Con el The Guardian, la cosa es sumamente agradable. Tienes que echar mano del diccionario online alguna que otra vez, pero en líneas generales lo entiendo todo a la perfección. El horror llega con el Daily Mirror. No solo por el lenguaje, sino por la casi vergüenza ajena que da ver como se puede llegar a editar un periódico como ese. No es el momento de empezar a lanzar puyas sobre la prensa inglesa en general. Algunos me tacharían de criticona sin más. Pero sí es verdad, o por lo menos esa es la impresión que me está dando a medida que conozco los periódicos de este país, es que se alimenta mucho la información basura. Por lo menos aquellos periódicos que están pensados para las clases sociales “menos favorecidas”. Y lo hacen, además, de una manera para mí, casi ofensiva para el lector.

Eso sí, mi conocimiento de todos los registros del inglés poco a poco está empezando a tomar más forma. Cuando consiga finalmente ver la televisión inglesa, eso ya va a ser lo más de lo más. De momento hoy me he tenido que conformar con conocer una de las noticias que sin duda van a mover el mundo durante las próximas semanas, a través de la prensa escrita.

En resumidas cuentas. Que me he pasado el día hincando codos y leyendo algunos periódicos ingleses. Ahora queda lo difícil: redactar el temido essay de 700 palabras y que tenga una mínima coherencia. Me encomendare a las deidades paganas, y a las musas literarias, a ver si me inspiro….

lunes

UN AÑITO!


Pues sí… Estoy de cumpleaños… Esta bitácora cumple hoy exactamente un añito.

Y la aventura empezó un poco al tuntún. Sin saber qué pasaría. Sin saber ni tan siquiera si tendría la suficiente constancia para postear periódicamente. Pero parece que sí…

162 posts, 733 comentarios de vosotros, sufridos lectores, 2.164 visualizaciones de mi perfil, y un número indeterminado de visitas (seguro que bastantes, pero no he encontrado forma humana de saber donde buscar esa información). Y visitas de más de un continente.

Nada, que esto va creciendo poquito a poco… Casi sin darme cuenta, y como por arte de magia.
Como se dice en estas ocasiones, que sea por muchos años y que siga con salud!!!

Ah, y gracias a vosotros. Esto no tendría sentido sin todos los que estáis al otro lado de la pantalla….

domingo

EL SOL...

Va a empezar a escasear en esta ciudad. Primer día del cambio de hora y a las 17'30 ya estaba anocheciendo. A partir de ahora los días van a ser muuucho más cortitos. No hay vuelta atrás. O acostumbrarse o morir en el intento...

Revisando las fotos que tengo de mis ya seis semanas en esta urbe, he encontrado estas que aún no os había enseñado. Se me han puesto los dientes largos! Son de hace un par de fines de semana, con un sol espectacular, paseando por el Soutbank con mi gurú londinense.




Claro, que ahora que lo pienso... ¿A quién se le pone los dientes más largos de ver estas fotos? :)