Ispilatze desde Preludios nos manda su obra a concurso:
Tríada:vidas en circular.
La mujer:
—¿Qué? ¿Tenéis hambre? –no se oyó nada–. ¡Pero no me contestéis todas a la vez, joder!
Se levantó perezosa del sofá. Otra vez tan sola… estaba desganada, inapetente, lacia.
—De verdad, cómo sois…
Sí, cómo eran. Al oírla ni siquiera levantaron los ojos… ¿Ojos? Ella no alcanzaba a verles los ojos.
—Vaaale, ya voy, no os inquietéis.
Tomó el acuario y lo posó en la mesita, junto al sofá.
—Venga, de una en una. Y esta vez a ver si me coméis bien…
Se quitó la bata y, desnuda, se recostó de nuevo en el sofá.
Cogió la primera, delicadamente, y la posó sobre su abdomen tibio y flácido. La segunda en un pecho mustio, sobre el corazón. La tercera en el cuello delgado donde palpitaba su yugular. La cuarta en una pierna, en el cuero cabelludo, en el pubis, en la mejilla… Así hasta doce.
Ahora sí, se dejó ir, tumbada de nuevo. Cerró los ojos y esperó.
Las sanguijuelas succionaron con fruición.
Qué forma más lenta de morir.
El hombre y la niña:
—¡Papá, papá, cómprame una, cómprame una! –chilló entusiasmada.
El hombre bajó la cabeza increpando a la niña con la mirada.
—Jo, papiii… –suplicó ella, reclamándole con ojos melosos y esa dulzura infantil.
—Vale ya, por favor. Dame la mano y calla. Esto no es como comprar un hámster –aquello significaba un no rotundo.
La cría, en su inocente rebeldía, siguió girada mirando con descaro lo que tanto le llamaba la atención.
—¡Cómprame una, papá, por favor! ¡Que me voy a portar bien! –pedía a voces.
—Cielito, no me hagas enfadar y no chilles. ¡Camina!
De buena gana el hombre habría soltado la mano de la niña para evitar algunas miradas comprometidas. ¡Qué vergüenza! Pero la pequeña seguía con su agudo chorro de voz:
—¡Mira, papi! ¡Esa es preciosa! ¿Me la compras, papi? ¡Porfi, cómpramelaaa…!
Ahora sí, el hombre tiró fuerte del brazo de la pequeña. Tanto que ella chilló un ¡ay! de dolor.
—¡Que vale ya he dicho! ¡Tira p’alante y no digas estupideces!
Cuatro mujeres despampanantes rieron abiertamente del padre azorado. El aire olía a perfume barato, pero ellas desprendían un aroma mucho más sensual: el del atractivo de sus encantos en venta escapando de la escasez de sus vestidos.
El hombre aceleró el paso, enmudecido y cabizbajo. La niña cedió a la fuerza de la mano que la asía, pero se fue sollozando:
—Jo, papá…; yo sólo quería que me comprases una mamá nueva…
El adolescente:
—Tío, ya tengo las pelas, ¿me acompañas?
—¡No jodas! ¿Te han dejado?
—Ya te digo; le he dicho a mi viejo que me voy a comprar una pecera.
Y el padre consintió: resignación… y sablazo a la cartera.
El colega casi se desternilla, aunque no dejaba de extrañarle el raro empeño de su amigo. Vamos, aquello era más absurdo que lo del hámster de su hermana.
—Tío, pero por lo menos el ratón se movía y tal…
—Calla, que ya verás como estos bichos son divertidos.
—Por los cojones. Cuando llegues a casa te van a echar todo seguido.
Porque en casa no estaban para guasas. Su padre es que no estaba casi nunca. ¿Aquello era un hogar? ¡Qué asco!
—Pues que se joda, yo no he mentido. Pienso tener mi pecera. ¿O qué pasa, que no puedo tener yo mis mascotas como la peque tuvo su ratón?
—Sí, tío, sí: tus mascotas. Vamos, que te acompaño…
¡Como para perderse el espectáculo!
Habían estado estudiando historia (¡qué aburrido!) y aquel dato les impactó: durante no sé qué año, Francia importó cuarenta y un millones de…
—Déme doce, por favor –dijo el chico a la dependienta. Miró al colegui de reojo con cierta malicia indescifrable.
—¿Y comida? ¿Unos peces o algo? –preguntó ella.
—No, gracias. De eso ya nos encargaremos…
El chaval, ayudado por su amigo, emprendió camino a casa sosteniendo con cuidado aquel acuario preparado a modo de humedal. Las doce sanguijuelas, melosas y ansiosas por chupar vida, apenas se distinguían en el fondo.
…y vuelta a la mujer.
viernes
PEREZOSO GOLDEN BLOGS - CONCURSANTE 23
Publicado por emma woodhouse en 8:36
Etiquetas: De Concursantes del Perezoso Golden Blogs
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1 comentarios:
Cielooooo, por favor, revisa tu configuración de blogger, porque por algún motivo (que si quieres averiguo y a la noche te cuento) no tienes activados los feeds y no me puedo suscribir a tus entradas para que un "chivato" me diga cuándo has escrito algo nuevo.
¿lo harás por favor????
¡¡Quiero seguirte la pista de cerca!!!
Gracias por tu iniciativa respecto de los Golden. Un regalazo!
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