El miércoles, después de hacer la compra en el mercado semanal, alrededor de las diez y media de la mañana, me fui a buscar a mi querida I, para ir a desayunar juntas. Ella no está de vacaciones, pero como tiene relativa flexibilidad en el trabajo, pudo escaparse un ratito. Y es que resulta que nuestro jefe es muy apañado. La verdad es que es un verdadero placer tener a un grupo de compañeros tan agradables. Parece que así el “peso” de la rutina laboral se hace más llevadera si puedes tomártelo con buen humor y envolverlo todo con unas buenas risas. Ahora que solo me queda un mes para dejar el trabajo antes de marcharme en setiembre, me hace darme cuenta qué rápido ha pasado este último año y qué grato ha sido trabajar con la gente que lo he hecho. He trabajado desde poco más de los 16 años, y en ninguna de las ocupaciones que he ocupado, me había sentido tan tranquila, segura y en buen ambiente como el año que ha pasado frente a mis naricillas. Pero bueno, no es a eso a lo que quería referirme en este post. Aún faltan unas cuantas semanas hasta que se termine esta relación laboral, pero nunca la de amistad, con todos aquellos que he conocido en estos meses. Ya llegará el momento para hablar de todo eso.
Vuelvo a la mañana del miércoles, cuando poco más allá de las diez y media, fui a buscar a mi I. Nos llegamos a la plaza, a una cafetería que casi estoy segura tiene más años que los suyos y los míos sumandos, pero que sigue atrayendo a muchos clientes cada mañana, para empezar el día con un buen café y un bocadillo. Lo que tenía que ser un desayuno, acabó convirtiéndose en un simple té negro, pero que acompañado de una pequeña charla sirvió a las mil maravillas para ponernos al día con las novedades de la semana.
Al ratillo volvimos, y en la recepción estaba nuestro jefe, hablando con la chica me ha estado sustituyendo durante estos días en que he estado de vacaciones. El sábado vuelvo a trabajar, y en esas charlas improvisadas que se empiezan cuando estás medio apartada de la realidad porque llevas tres semanas de vacaciones, I me dijo que porqué no aprovechaba a hacer algo “especial” antes de volver a la rutina diaria.
Pues bien, lo “algo especial”, y como ya os habréis dado cuenta, me siento especialmente inclinada a la ironía, ha terminado siendo…. Ir a hacer la declaración de la renta. Vaya, un plan trepidante para el final de las vacaciones. Claro que lo más trepidante o apoteósico (de ahí lo del título, permitidme que me haya tomado esa pequeña licencia), según os guste más uno u otro adjetivo, es la “fantástica” cantidad que la “queridísima” Agencia Tributaria: Porque hacienda somos todos, es de poco más que una risotada en forma de euros. Y la risotada se llama 23,83 euros. Vaya, toda una fortuna para poder tapar algún que otro agujerillo. ¿De qué sirve que te paguen un sueldo de casi pacotilla? O que tengas cuatro ahorros metidos en una libreta vivienda (que supuestamente desgrava), pero que lamentablemente creo que me van a servir de poco si me largo a London, pues….. no veo muy claro que en menos de dos años me vaya a comprar un piso, digo yo vaya… Nada, que da una “penica” más grande… Te pasas los meses revisando las nóminas y viendo que te retienen esto y lo otro y lo de más allá, y por lo menos te queda el consuelo de pensar que cuando llegue junio “los que manejan los números” se darán cuenta de que ya es bastante “escuchimizado” tu sueldo como para que encima no te den la pequeña alegría de devolverte lo que te han descontado cada mes. Pero acabas llegando a la conclusión que seguro que a los que tienen diez veces más que tu, terminarán sorteando todos los entresijos para no pagar ni un céntimo de lo de “Hacienda somos todos”. Y eso lo sabes después, cuando ya te has llevado la rabieta, pues al ver la tele, los titulares dicen algo como ."La Agencia Tributaria ha iniciado este mes la devolución de los importes de las declaraciones a devolver" Y te preguntas: ¿Y a quién co... le ingresan dinero, porque a mi más que devolverme, me han dado por saco..." Con deciros que hacer la declaración me ha costado 25 euros... encima perdiendo.... Si es que manda narices...
En momentos como estos se me despierta el sentimiento de clase obrera, que llevo casi forjado a fuego en el fondo de las tripas, y me entra un cabreo que pa’ qué contaros…
Está visto que la única manera que tenemos los pobres para estar en este mundo, es seguir trabajando y que no nos pase nada, porque sino…. No podemos seguir colaborando con lo de “Hacienda somos todos”.
O sea que ya os podéis imaginar qué final más apoteósico para mis plácidas y tranquilas vacaciones…
Vuelvo a la mañana del miércoles, cuando poco más allá de las diez y media, fui a buscar a mi I. Nos llegamos a la plaza, a una cafetería que casi estoy segura tiene más años que los suyos y los míos sumandos, pero que sigue atrayendo a muchos clientes cada mañana, para empezar el día con un buen café y un bocadillo. Lo que tenía que ser un desayuno, acabó convirtiéndose en un simple té negro, pero que acompañado de una pequeña charla sirvió a las mil maravillas para ponernos al día con las novedades de la semana.
Al ratillo volvimos, y en la recepción estaba nuestro jefe, hablando con la chica me ha estado sustituyendo durante estos días en que he estado de vacaciones. El sábado vuelvo a trabajar, y en esas charlas improvisadas que se empiezan cuando estás medio apartada de la realidad porque llevas tres semanas de vacaciones, I me dijo que porqué no aprovechaba a hacer algo “especial” antes de volver a la rutina diaria.
Pues bien, lo “algo especial”, y como ya os habréis dado cuenta, me siento especialmente inclinada a la ironía, ha terminado siendo…. Ir a hacer la declaración de la renta. Vaya, un plan trepidante para el final de las vacaciones. Claro que lo más trepidante o apoteósico (de ahí lo del título, permitidme que me haya tomado esa pequeña licencia), según os guste más uno u otro adjetivo, es la “fantástica” cantidad que la “queridísima” Agencia Tributaria: Porque hacienda somos todos, es de poco más que una risotada en forma de euros. Y la risotada se llama 23,83 euros. Vaya, toda una fortuna para poder tapar algún que otro agujerillo. ¿De qué sirve que te paguen un sueldo de casi pacotilla? O que tengas cuatro ahorros metidos en una libreta vivienda (que supuestamente desgrava), pero que lamentablemente creo que me van a servir de poco si me largo a London, pues….. no veo muy claro que en menos de dos años me vaya a comprar un piso, digo yo vaya… Nada, que da una “penica” más grande… Te pasas los meses revisando las nóminas y viendo que te retienen esto y lo otro y lo de más allá, y por lo menos te queda el consuelo de pensar que cuando llegue junio “los que manejan los números” se darán cuenta de que ya es bastante “escuchimizado” tu sueldo como para que encima no te den la pequeña alegría de devolverte lo que te han descontado cada mes. Pero acabas llegando a la conclusión que seguro que a los que tienen diez veces más que tu, terminarán sorteando todos los entresijos para no pagar ni un céntimo de lo de “Hacienda somos todos”. Y eso lo sabes después, cuando ya te has llevado la rabieta, pues al ver la tele, los titulares dicen algo como ."La Agencia Tributaria ha iniciado este mes la devolución de los importes de las declaraciones a devolver" Y te preguntas: ¿Y a quién co... le ingresan dinero, porque a mi más que devolverme, me han dado por saco..." Con deciros que hacer la declaración me ha costado 25 euros... encima perdiendo.... Si es que manda narices...
En momentos como estos se me despierta el sentimiento de clase obrera, que llevo casi forjado a fuego en el fondo de las tripas, y me entra un cabreo que pa’ qué contaros…
Está visto que la única manera que tenemos los pobres para estar en este mundo, es seguir trabajando y que no nos pase nada, porque sino…. No podemos seguir colaborando con lo de “Hacienda somos todos”.
O sea que ya os podéis imaginar qué final más apoteósico para mis plácidas y tranquilas vacaciones…
Por suerte hoy he tenido una pequeña-gran alegría... Os dejo una pista aquí mismo y os prometo que os lo contaré en el próximo post....
13 comentarios:
de verdad Emma podía ser mucho peor: Tener que devolver a la agencia tributaria jajaja.
O que se te rompa la calefacción central de puto edificio y la broma salga por 3.000 € por vecinos, caso real que me pasó.
Buen fin de semana Emma
un beso
A mí me devuelven un poquito porque tengo la hipoteca, que si no de qué ...
Pero ya te digo que no se compensa ni muchísimo menos.
Aprovecha lo poquito que te queda!!
Hacienda o Ali Baba y los 40 ladrones jajajaj.
Besos de finde^^
Besos de domingo , guapaaaa^^
Ufff... yo de la renta me libro este año, pero el que viene ya no me salva ni el tato!!! Mejor me quedo con la historia del té negro y el buen rollo laboral! Y con las expectativas altas para el proximo post.
Besos!
Lo mismo podría ir a hacerte una visita a Londres con mis 2,85€ de devolución...en fin, pensé que era mejor eso que tener que dárselos yo a ellos.
¿Y esa canción? jajaja. Vaya con los Phil Collins!!
Un besazo divertido.
yo no estoy obligada a hacerlo por ue como no llego para hacer la declaracion pues no la hago.
pero si hay gente que gana una animalada de dinero y no sep or que pero encima le devuelven.
besos wapa y animo
Vaya :) Olvídate del piso por ahora, vamos, te lo digo porque no es muy buen momento para comprar, a pesar de la cantidad de pisos que se venden... el euribor está por las nubes y cada vez se endurecen más las hipotecas, no sé dónde vamos a acabar :(
Besos :)
Dónde te metes , emmm??
Besos , nena^^
Emma Guapaaaaa!!
Ya te queda poquito para irte a London :D
Pasaba por aquí.
Un besote,
Lost
Buen finde mi querida y estresada niña guapa, te quiero, mil besazos^^
Emma!! Cuánto tiempo sin decirte nada (mucho menos sin pasar por aquí). Tú a hacienda ni caso y más a los lol...
esa canción me encata!!! me da un subidón siempre que la oigo.
Tengo una crisis para ti.
Besos
Ahora la desaparecida eres tú , ehhhh!!
Besitos^^
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