Ya estoy de vuelta.... A todos los que os habéis pasado por aquí infructuosamente, que lo sepáis,... Que aún sigo en el mismo sitio, aunque tarde y tocada por: la pereza, el cansancio, el calor, los residuos de un cólico estomacal con décimas de fiebre, el histerismo pre-vacacional, el histerismo post-exámenes/trabajos finales, la resaca de las notas de la Escuela Oficial de Idiomas, el estrés de conseguir alojamiento en Londres, la resaca acompañada de “soñorrera” post verbena de San Juan....
Y es que como alguien dijo una vez “Yo soy yo junto con mis circunstancias” y en estos momentos, mis circunstancias más recientes son esas. Banales para algunos, lo sé, pero que a mí me tienen rendidita de pies a cabeza... Y por si no fuera poco, hemos pasado de otoño a verano en menos de dos días, y me ha pillado con estos pelos!!! Es un decir, por supuesto. Pelo no hay ninguno en aquellos sitios donde no deben estar, me refiero a que a la que te toca salir a la calle, tienes que bucear en el armario hasta llegar al fondo de todo para encontrar la ropa, y como que el “calorazo” me ha pillado desprevenida, no he tenido tiempo de poner al día los armarios... Será cuestión de sacar fuerzas de flaqueza y dedicarse a sacar ropa de los armarios, eso que da tanta pereza.... Y es que podrían escribirse verdaderos tratados sobre cómo enfrentarse a esa dura tarea. Están los que no tiran absolutamente nada de un año a otro y se limitar simplemente a traer hacia delante la ropa de verano y relegar al fondo de las estanterías las prendas de invierno. Están los que se dedican a seleccionar prendas. Las extienden todas y empiezan a pensar si se las pondrán o no durante la temporada que está por llegar. Los que no remiendan de viejo y lo tiran casi todo para volverlo a llenar en unos días con las nuevas adquisiciones... Exactamente no sé a qué grupo unirme pues las cosas varían de un año a otro... Todo depende de si has mantenido tu peso durante el invierno, de si las modas no han cambiado estrepitosamente de un verano a otro, de si tu economía está o no medianamente saneada para gastarte algunos eurillos en ropa... De momento mi armario está más que cubierto para el verano que se presenta. Y aún si no lo estuviera, tendría que aplicarme el “ajo y agua” que a mi padre tanto le gusta decir cuando las circunstancias aprietan. Vaya, que no está el horno para bollos, ni la economía para dárselas de fashion victim.
Armarios y ropajes a parte, el caso es que las cosas han estado un poco revueltas este mes de junio, que visto y no visto ya casi ha pasado por delante de nuestras narices sin darnos cuenta. En once días justos termino de trabajar y me paso al grupo de los que cobran del estado. En poco más de dos meses, me planto en Londres,... Vaya que me espera un veranito movido para poner al día todos los asuntos que tengo que dejar resueltos ante de lanzarme a la aventura inglesa... y con este calor!!! Solo de pensarlo me pongo mala.... Y es que a mi no me gusta el verano. Me deja aplanada y no puedo con mi alma. No duermo, no como, no descanso, no puedo pensar, no me puedo concentrar... Es lo que tiene ser hipotensa y con tendencias fotofóbicas. Claro que a nadie le gusta llegar al mes de septiembre con un color de piel blanco fluorescente... Ahí hay que luchar con uno mismo y armarse de valor para pringarse enterita de crema solar factor 30 y tumbarse en la tumbona, cual loncha de panceta en la parrilla de la barbacoa. Porque es una pequeña torturar china, la verdad, pero es que si no, te quedas con un colorcito más triste... Y así es como estoy ahora... que me pongo las sandalias de charol negro, recién compraditas el lunes por la mañana y tengo unos pies y unos tobillos..... Dios de mi vida... Blancos como si fueran esculpidos en mármol. Eso por no hablar de otras partes de mi anatomía que parecen casi transparentes por falta de luz solar.
Pero eso va a tener remedio en breve... a la que deje mi silla y mi pantalla de ordenador en el trabajo, me pienso plantar todas las tardes en la magnífica terraza de casa, reclinada cual reina del Nilo en la tumbona, con mi música preferida en el iPod y una botella de agua fresquita. Qué mas se le puede pedir a los planes de verano más inmediatos? ¡Ah sí!, solo una cosa... Que en este mes de julio que está ya a la vuelta de la esquinita, no le dé por ponerse a llover a las cuatro de la tarde...
Y es que como alguien dijo una vez “Yo soy yo junto con mis circunstancias” y en estos momentos, mis circunstancias más recientes son esas. Banales para algunos, lo sé, pero que a mí me tienen rendidita de pies a cabeza... Y por si no fuera poco, hemos pasado de otoño a verano en menos de dos días, y me ha pillado con estos pelos!!! Es un decir, por supuesto. Pelo no hay ninguno en aquellos sitios donde no deben estar, me refiero a que a la que te toca salir a la calle, tienes que bucear en el armario hasta llegar al fondo de todo para encontrar la ropa, y como que el “calorazo” me ha pillado desprevenida, no he tenido tiempo de poner al día los armarios... Será cuestión de sacar fuerzas de flaqueza y dedicarse a sacar ropa de los armarios, eso que da tanta pereza.... Y es que podrían escribirse verdaderos tratados sobre cómo enfrentarse a esa dura tarea. Están los que no tiran absolutamente nada de un año a otro y se limitar simplemente a traer hacia delante la ropa de verano y relegar al fondo de las estanterías las prendas de invierno. Están los que se dedican a seleccionar prendas. Las extienden todas y empiezan a pensar si se las pondrán o no durante la temporada que está por llegar. Los que no remiendan de viejo y lo tiran casi todo para volverlo a llenar en unos días con las nuevas adquisiciones... Exactamente no sé a qué grupo unirme pues las cosas varían de un año a otro... Todo depende de si has mantenido tu peso durante el invierno, de si las modas no han cambiado estrepitosamente de un verano a otro, de si tu economía está o no medianamente saneada para gastarte algunos eurillos en ropa... De momento mi armario está más que cubierto para el verano que se presenta. Y aún si no lo estuviera, tendría que aplicarme el “ajo y agua” que a mi padre tanto le gusta decir cuando las circunstancias aprietan. Vaya, que no está el horno para bollos, ni la economía para dárselas de fashion victim.
Armarios y ropajes a parte, el caso es que las cosas han estado un poco revueltas este mes de junio, que visto y no visto ya casi ha pasado por delante de nuestras narices sin darnos cuenta. En once días justos termino de trabajar y me paso al grupo de los que cobran del estado. En poco más de dos meses, me planto en Londres,... Vaya que me espera un veranito movido para poner al día todos los asuntos que tengo que dejar resueltos ante de lanzarme a la aventura inglesa... y con este calor!!! Solo de pensarlo me pongo mala.... Y es que a mi no me gusta el verano. Me deja aplanada y no puedo con mi alma. No duermo, no como, no descanso, no puedo pensar, no me puedo concentrar... Es lo que tiene ser hipotensa y con tendencias fotofóbicas. Claro que a nadie le gusta llegar al mes de septiembre con un color de piel blanco fluorescente... Ahí hay que luchar con uno mismo y armarse de valor para pringarse enterita de crema solar factor 30 y tumbarse en la tumbona, cual loncha de panceta en la parrilla de la barbacoa. Porque es una pequeña torturar china, la verdad, pero es que si no, te quedas con un colorcito más triste... Y así es como estoy ahora... que me pongo las sandalias de charol negro, recién compraditas el lunes por la mañana y tengo unos pies y unos tobillos..... Dios de mi vida... Blancos como si fueran esculpidos en mármol. Eso por no hablar de otras partes de mi anatomía que parecen casi transparentes por falta de luz solar.
Pero eso va a tener remedio en breve... a la que deje mi silla y mi pantalla de ordenador en el trabajo, me pienso plantar todas las tardes en la magnífica terraza de casa, reclinada cual reina del Nilo en la tumbona, con mi música preferida en el iPod y una botella de agua fresquita. Qué mas se le puede pedir a los planes de verano más inmediatos? ¡Ah sí!, solo una cosa... Que en este mes de julio que está ya a la vuelta de la esquinita, no le dé por ponerse a llover a las cuatro de la tarde...
6 comentarios:
BIEEEEEEEEEEN!!! Me alegro mucho de tu vuelta, linda.
Un besazo gigante.
Bienvenida, hija pródiga jajajj
Lo de los armarios, auff... los críos crecen y con 7 que somos en casa tengo que liar una que te mueres, retirar lo pequeño... y lalalalal y comprar y comprar , no les vale nada de nada!!
Besitos , amore, guapa^^
Bienvenida de nuevo emma¡¡¡¡¡¡
UN besazo y tranquila que creo que en Londres el sol no existe
Buenas
Yo también soy de los odian o por lo menos soportan poco el verano, mi armario no me da problemas pero si las altas temperaturas que me dejan abotardado.
Y por mi que llueva que al menos refresca y es un placer ver la lluvia caer.
Saludos
Besitos de viernes , loquita^^
Estoy empezando a pensar que eres mi alma gemela,jeje. Yo también tengo siempre la tensión baja y eso hace que esta época sea muy complicada, no me vuelvo a encontrar bien hasta octubre ...
Yo hace años que he aceptado que prefiero el color clarito de piel que pasarlas canutas bajo el sol. Además, así no me deprimo al perder el color en invierno,jeje.
Se te ha echado de menos!!!
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