Medio país está de “sofing” o de “playing” o de “vacacioning”. Yo estoy de “estressing” que no os podéis imaginar. Y es que ayer me llegó un mail que me dejó algo preocupada… Bueno, en realidad no fue el mail en sí, sino lo que en sí implica. Y es que resulta que mi año académico en Londres se presenta movidito… No es que me eche para atrás la “buena” noticia de que tendré que estudiar como mínimo 8 asignaturas (noticia que tampoco es que me haya dejado muy tranquila, pues en principio me obligaron a presentar un horario provisional en mi propia facultad, y en ningún lugar me informaron que tenía que cursar tantas materias) , sino que… No sé como seré capaz de compaginarlo con un trabajo que me dé dinerillo para subsistir… Es lo que tiene no ser “hija de papá”, que todo he tenido que ganármelo a pulso puro y duro, y aunque el verme viviendo en Londres es sin duda alguna el sueño de mi vida, los fantasmas que hasta ahora estaban muy bien encerrados en una cajita de mi cabeza, parece que se han escapado por el agujero de la cerradura.
No es que me vaya a morir de hambre, tengo mis ahorros (juntados con mucho esfuerzo y durante muchos años), pero claro, tampoco es plan de que un año en el extranjero me obligue a pateármelos todos toditos… Y también está mi queridísima madre que no hace más que repetirme que “Si hace falta te echamos una mano en todo lo que necesites, que para eso estamos hija mía” A mi se me encoge el corazón y la boca del estómago parece que se me cierra cada vez que mi madre me ha dicho esto en los últimos dos meses.
O sea que ya os podéis imaginar como tengo yo los ánimos: alterados, liados, estrujados, atacados, histéricos, neuróticos…. Vaya, toda la retahíla de adjetivos que os remitan a un estado de nerviosismo es ideal para que os hagáis una idea de cómo estoy pasando este fabuloso puente del quince de agosto.
Y es que mi problema es que siempre le doy muchas vueltas a todo, y como también dice mi paciente madre: “No es bueno empezar a darle vueltas a algo que aún está por llegar”. Qué razón tiene, y qué zoqueta soy yo en caer siempre en la misma trampa. Sí, porque eso es una trampa del maldito subconsciente, que actúa así sin preguntar y te pegas unas rabietas y unos malos ratos que para qué…
Yo que estaba tan contenta porque las cosas parecían estar bastante controladas… Aquí empieza el festival del humor de los “problemillas” que van a ir surgiendo a partir de ahora, y que no van a hacer más que una cosa: ponerme a prueba y recordarme constantemente algo que ya llevo grabado a fuego en mi conciencia desde que tengo uso de razón: que nadie te regala nada y que por narices tienes que sacarte las castañas del fuego y ganarte las cosas a pulso. Aunque no os negaré que a veces me entran unos cabreos… Siempre tener que estar luchando… Yo que soy tan pequeñita y tan “cagada” a ratos… Se me hace un poco cuesta arriba. Seria una cobarde si no lo reconociera…
No es que me vaya a morir de hambre, tengo mis ahorros (juntados con mucho esfuerzo y durante muchos años), pero claro, tampoco es plan de que un año en el extranjero me obligue a pateármelos todos toditos… Y también está mi queridísima madre que no hace más que repetirme que “Si hace falta te echamos una mano en todo lo que necesites, que para eso estamos hija mía” A mi se me encoge el corazón y la boca del estómago parece que se me cierra cada vez que mi madre me ha dicho esto en los últimos dos meses.
O sea que ya os podéis imaginar como tengo yo los ánimos: alterados, liados, estrujados, atacados, histéricos, neuróticos…. Vaya, toda la retahíla de adjetivos que os remitan a un estado de nerviosismo es ideal para que os hagáis una idea de cómo estoy pasando este fabuloso puente del quince de agosto.
Y es que mi problema es que siempre le doy muchas vueltas a todo, y como también dice mi paciente madre: “No es bueno empezar a darle vueltas a algo que aún está por llegar”. Qué razón tiene, y qué zoqueta soy yo en caer siempre en la misma trampa. Sí, porque eso es una trampa del maldito subconsciente, que actúa así sin preguntar y te pegas unas rabietas y unos malos ratos que para qué…
Yo que estaba tan contenta porque las cosas parecían estar bastante controladas… Aquí empieza el festival del humor de los “problemillas” que van a ir surgiendo a partir de ahora, y que no van a hacer más que una cosa: ponerme a prueba y recordarme constantemente algo que ya llevo grabado a fuego en mi conciencia desde que tengo uso de razón: que nadie te regala nada y que por narices tienes que sacarte las castañas del fuego y ganarte las cosas a pulso. Aunque no os negaré que a veces me entran unos cabreos… Siempre tener que estar luchando… Yo que soy tan pequeñita y tan “cagada” a ratos… Se me hace un poco cuesta arriba. Seria una cobarde si no lo reconociera…
6 comentarios:
cucucuccu , me alegro de tu vuelta , cariño y de poder volver aleerte.
Besazos y feliz día :)
Tranquila ya sabes que nada es facil en un principio¡¡¡¡ me gusta tu nuevo cambio de look del blog
un beso
¿Qué ha pasado con la plantilla? ¡Vaya cambio! Una sopresa. Oye, Emma, déjate ayudar un poco, seguro que así pasará todo más rápido.
Besos.
Don't worry que normalmente los horarios de las universidades aquí dejan tiempo para tener un trabajillo a tiempo parcial. Ya veras!
Lo primero : qué bonito el nuevo look!!
Lo segundo : tú no te estreses, tampoco hace falta que te presentes a todas esas asignaturas en primera convocatoria no?? Seguro que puedes valorar alguna que puedas dejar para segunda y así disponer de un poco más de tiempo para las demás ...
Seguro que lo solucionarás todo!!
Gracias a todos por los ánimos..... Sois maravillosos.
Publicar un comentario