LOS ESFUERZOS VALEN LA PENA

Son poco más de las doce de la noche. Es jueves y para mí la semana no ha hecho más que comenzar. Bueno en realidad creo que se unieron la pasada y ésta, pues mientras más de medio país disfrutaba de las vacaciones, yo hice una maratón. Siete días seguidos trabajando, además de tirar pa’ lante con el postgrado y las clases de inglés. Si a eso se le llama estar de vacaciones, que baje el tío ese al que le llaman Dios, y que lo vea. Pero hoy ha sido especial. Después de una mañana de locos, con el teléfono sonando cada dos por tres, uno pidiéndote el celo, otro que si quiere hablar con fulanito, el otro que si reserva este día…. Eso después de una semana santa que más tiene de maldita que de santa, y de un miserable día y medio de supuesta “fiesta” que acabó convirtiéndose en: pon la lavadora, cambia las sábanas, limpia el baño, pon la lavavajillas, tiende la ropa, haz la comida, y…. ponte a estudiar como una loca…. Así empalmé una semana con otra. Tan fácil y sencillo, pero tan largo y tremendamente agotador… Aunque algunos crean que me ahogo en un vaso de agua… Pero hoy… todos los esfuerzos que llevo haciendo desde el pasado enero, parece que empiezan a dar frutos…. No quiero gafar algo que aún no es seguro, pero… un examen muy importante, que espero cambie mi vida de pies a cabeza, me ha devuelto la alegría y las ganas de seguir luchando. Estudié como una loca gramática inglesa bastante más elevada a la que me había acercado hasta ahora, y superé la prueba y, encima con muy buena nota. Hoy no he podido evitar recordar a una amiga que en noche vieja que dijo al oído muy bajito, casi sin poder oírla: “Verás como después de tantas lágrimas, este va a ser tu año”. De momento, parece que está siendo así…