SI HACES VACACIONES Y TE PREGUNTAN...

Empieza el buen tiempo. Solecito, temperaturas para ir en mangas de camisa, los días se van alargando, y.... sí, una servidora está en puertas de “rascarse” tres semanas de vacaciones. No os podéis imaginar la ilusión que me hizo cuando el martes por la mañana mi jefe me confirmó que no había ningún problema para que me las pidiera. Vaya, que este domingo a las 2 de la tarde termino de trabajar y no vuelvo a empezar hasta el mes de junio..... Menudo mes de mayo me voy a tirar.... Jijijijii... Bueno, en realidad tampoco es que me vaya a tumbar a la bartola, pero eso de no tener que responder a horarios durante unos cuantos días... Solo de pensarlo, “se me alegra hasta el ombliguillo”, como dice ese niño tan castizo que sale en un anuncio de la tele.
Es muy curiosa la reacción de la gente que te rodea, en el preciso instante en el que les sueltas lo de “la semana que viene cojo vacaciones”. Están los que te dicen: “ Y porque te pillas las vacaciones cuando todo el mundo está trabajando? ¿Porque no te esperas al verano?”. Están los que te preguntan: “¿Y a dónde te vas a pasarlas?”. A los que optan por ser algo más discretos (pero no por eso menos fisgones) te espetan lo de :”¿Qué vas a hacer tantos días sin ir a trabajar?” No me negaréis, que todas ellas, pueden ser un exponente claro de una cosa que a los españoles se nos da muy bien: querer saberlo todo, de pe a pa, nos interese o no. Ese gusto por acumular información que en este caso se carga además de un componente “marujil” (por otro lado, también muy nuestro), que depende de cómo te coja en el momento, te lo tomas a guasa y respondes a tu interlocutor, o te quedas mirándolo y mentalmente le preguntas “¿Y a ti qué te importa?”. Y a lo que verbalmente terminas diciendo “Aún no lo tengo claro”.
El caso es que para preguntas como esas, que podemos llegar a considerarlas estereotipos de lo que se dice cuando sabes que alguien está a punto de ser un “privilegiado” que no va a trabajar durante unos días o semanas, también existen algunas respuestas “tipo”. Pero, me permitiréis la licencia de obviarlas, ¿verdad? Lo que a mi me interesa son esas respuestas “a bote pronto”, que muchas veces (en realidad la mayoría) sueltas a aquellos que han decidido formulártelas. Y es que con el paso de los años, te vas dando cuenta de que algunos de estos “pseudo encuestadores vacacioniles” (tampoco todos, que quede claro), muchas veces lo hacen con la intención de acabar dándote “sus” consejos y “sus” propios planes para “sus” futuras vacaciones.
Pero volvamos al tema de las famosas preguntas, esas con las que suelen acribillarte en el inmediato período pre-vacacional.
A la de “ Y porque te pillas las vacaciones cuando todo el mundo está trabajando? ¿Porque no te esperas al verano?”, he comprobado que lo mejor de mejor es ir de outsider, y acabes metiéndote a la gente en el bolsillo. Les sueltas lo de: “Es que yo para hacer vacaciones no necesito a nadie, conmigo misma me basto y me sobro”. Claro que además de conseguir lo primero, también acaban colgándote la etiquetilla de “neurótica egocéntrica”, algo que en según qué circunstancias te da un cierto toque interesante, y en según que otras (la mayoría, para qué engañarnos), te convierte en “la rarita que se cree la única persona en este mundo”. Cuando eres pequeña, ser diferente es poco más que una tragedia. Cuando te haces mayor, que la gente te considere que eres diferente, o incluso un poquito “rara” (aunque eso incluya el adjetivo “neurótica”), es casi lo mejor que te puede pasar.
La siguiente de la lista es la de “¿Y a dónde te vas a pasarlas?”. A esa si que estoy bastante más acostumbrada a responder categóricamente: “Como que estoy sin blanca (y no es un juego retórico, si no verdad pura y dura) me quedaré en casa. Saldré con las amigas a pasear, a tomar cafés con hielo a mi terraza preferida, a leer leer y leer, ordenar la cantidad de libros que se me han ido acumulando en la mesilla de noche y a recopilar todos los discos que quiero “meter” en el ipod”. Ahí sí que no me pueden tildar de nada. Bueno sí, de aburrida y sosa, pero… qué queréis que os diga… dicho mal y pronto, me la “repanpinfla”.
Y la que se lleva la palma (a mi entender) de las preguntas más gili… que te pueden soltar cuando estás a punto de empezar las vacaciones: ”¿Qué vas a hacer tantos días sin ir a trabajar?” ¿Pero bueno? Es que de verdad hay gente que no sabe qué hacer con su vida. ¡Qué tristeza más grande, madre mía! Una pregunta como esa, además de ayudarme a categorizar a quién me la hace (un “pobre pringao” que solo sabe vivir para trabajar), moralmente casi me obliga a responderle: “¿Pues qué voy a hacer? Disfrutar de hacer todo aquello que me gusta y que los dichosos horarios no me dejan hacer durante el resto del año”.

Si es que de verdad..., tan inteligentes que son algunos, y cuando se trata de hablar de las vacaciones, algunos se aborregan y se vuelven unos atontados de narices.
Pues nada, lo dicho,… que cada vez que alguien os salga con alguna de estas “preguntillas” tan poco “graciosas”, ya sabéis cómo salir airosos del atolladero. Porque esto seguirá siendo así hasta el fin de los días… A no ser que, como por arte de magia, dejemos de practicar ese casi deporte nacional que es el “marujeo”….